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natti natashaTras recibir el diagnóstico de que no podría tener un bebé, Natti Natasha movió cielo, mar y tierra para hacer realidad su sueño de ser madre.

Desde muy pequeña, Natti Natasha siempre tuvo claro que una de sus metas en esta vida era ser madre. Por ello, tras mantener más de un año de relación con su mánager y hoy prometido, el empresario Raphy Pina, la dominicana decidió dar ese gran paso. «Hablé con mi pareja Rafael [y le dije]: ‘Los años siguen pasando, sé que el trabajo es muy importante… pero en este momento el reloj [biológico] no para'», recuerda la cantante, quien tras sufrir de quistes en la matriz en el 2007 se sometió a una cirugía en la que tuvieron que extirparle una trompa de Falopio. «Cuando me hacen [el] examen [el doctor] me dijo: «Por más que trates de [embarazarte] de forma natural [no se va a poder]», dice Natasha. «Así que me dijo que el [siguiente] paso era hacer el tratamiento de inseminación in vitro».

Sin pensarlo dos veces, la caribeña inició el proceso. «Me ponía de tres a cuatro inyecciones [de hormonas] cada noche. Recuerdo que para la semana había subido casi 18 libras, no podía ni doblar los brazos», revela. «Las hormonas te ponen loca; no sabes si reír, llorar. Pero no me importaba. Estaba feliz porque lo estaba haciendo».

Su felicidad se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos cuando el tratamiento no funcionó y, con resultados en mano, su doctor pronunció esta frase: «Tú no puedes tener hijos». «Me dio depresión, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadie», confiesa ella. «Me sentí como un fracaso total como mujer».

En lo que decidía, junto a su pareja, cuál sería su siguiente paso a seguir —si probar con otro tratamiento hormonal, comprar óvulos o adoptar— la intérprete de «Criminal» se refugió en el trabajo y siguió con su vida habitual. «Estábamos en Puerto Rico. Un día fuimos a hacer Jetski. Empecé a sentir un dolor en la espalda. Me quedé calladita porque no quería dañarle el fin de semana a nadie. Me tomé un Tylenol», explica Natasha, quien eventualmente acudió al doctor para que la revisara. «La mañana siguiente, a [Raphy] le hace una llamada el doctor directamente. Se me para a un lado con el celular, abre los ojos y me dice: ‘Tú estás embarazada'».

Tras el notición, Pina, le dio un anillo de compromiso en diciembre durante el cumpleaños de su amada para celebrar su amor y la llegada de su próximo bebé. «Estamos superfelices. Voy a ser mamá. Nunca he estado de tan buen humor en mi vida», confiesa con tremenda carcajada la cantante que tiene cinco meses de embarazo y aprovecha esta entrevista para mandar un mensaje a todas las mujeres que como ella han pasado las de Caín para embarazarse. «A las mujeres que pasan por una situación como esta [quiero decirles] que no deben limitarse a nada por la opinión de nadie. En esta vida todo es posible. Toda la tormenta pasa y yo he sido un vivo ejemplo de eso».

De su lucha por ser mamá, sus planes de hacer cine, su relación con el padre de su bebé, su pedida de mano —y ¿su próxima boda?— la cantante habló en exclusiva con People en Español.

¿Cómo recibiste el 2021?
Profesionalmente hablando me recibió con los brazos abiertos. Me recibió y lo recibí extrapositiva, feliz por haber comenzado con música nueva. He crecido tanto personal como profesionalmente. Natalia y Natti Natasha han crecido muchísimo. Estoy visualizando el mundo de la actuación, me están llegando varias ofertas que las veo con mucho potencial.

«He crecido tanto personal como profesionalmente. Natalia y Natti Natasha han crecido muchísimo»

Este 2021 además, lo recibes con la increíble noticia de que serás mamá. Ya llevabas tiempo buscando ese bebé…

Tenía un tiempecito [buscándolo]. Creo que muchas mujeres lo visualizan desde pequeñas, así que siempre lo vi como algo que iba a pasar. Obviamente con el tiempo que uno tiene [como cantante] es un poquito difícil, así que hablé con mi pareja Rafael [y le dije]: «Los años siguen pasando, sé que el trabajo es muy importante en mi vida, Natti Natasha, siempre es antes que Natalia, pero en este momento el reloj [biológico] no para».

Entonces, ¿desde cuándo venías planeando esto con Raphy?
Nosotros siempre lo platicamos: «Imagina cuando podamos ser [padres, ¿cómo serás?, ¿cómo te vas a comportar?». Esa faceta siempre se la imagina con la persona que uno está y más si uno la ama, cuando ves un futuro con la persona.

¿Cómo es entonces que inicia esta aventura de ser padres para ustedes?
Cuando voy con el doctor para tener información, [me hicieron] un chequeo regular para revisar que [estaba] todo bien porque yo estaba consciente que solo contaba con [una trompa] de Falopio y un ovario. Anteriormente [en el 2016] había tenido una operación por un tumor benigno que me habían encontrado y me había empujado todos los órganos. Había subido de peso, empecé a ser vegana, cambié mi alimentación, todo.

Me di cuenta que tenía una masa porque me había puesto los implantes de seno y me hice un chequeo y en ese momento cuando me están haciendo el MRI ahí se dan cuenta que tengo una masa que me está empujando todos los órganos, así que me me operan. Pero en el 2007 me quitaron un quiste y en esa [cirugía] me quitaron un tubo de Falopio y el ovario. He tenido dos cirugías.

Cuando decido ir al doctor, le explico que no tengo un ovario y un tubo, pero con el que quedaba quería verificar [si podía quedar embarazada]. Cuando me hacen [el] examen el líquido que me inyectaron [en mi trompa de Falopio] no pasa. [El doctor] me dijo: «Por más que trates [embarazarte] de forma natural [no se va a poder]». Así que me dijo que el [siguiente] paso era hacer el tratamiento de inseminación in vitro. Yo dije perfecto, vamos.

¿No te dio miedo que tal vez no pudieras ser mamá?
No te lo voy a negar, dije: «OK, se está poniendo [esto] raro, pero vamos para adelante».

«[El doctor] me dijo: ‘Por más que trates [embarazarte] de forma natural [no se va a poder]. Así que me dijo que el [siguiente] paso era hacer el tratamiento de inseminación in vitro»

¿Cómo fue el proceso?
Comienzo el proceso, cogí unas clases [porque] tú tienes que inyectarte. Me ponía de tres a cuatro inyecciones [de hormonas] cada noche. Preparaba mi mesa, desinfectaba todo, mezclaba las sustancias y empezaba el procedimiento cada noche. Recuerdo que para la semana había subido casi 18 libras; eso es mucho en una semana, no podía ni doblar los brazos [pero] yo decía: «A mí no me importa» y seguía. Cada vez que iba al doctor, porque tienes que ir cada tres días para ver si necesitas más hormonas o si estás funcionando bien, cuando iba no había diferencia, no estaba reaccionando [al tratamiento]. Me agregan una semana [de hormonas y sigo] el mismo procedimiento, sigo subiendo de peso. Las hormonas te ponen loca; no sabes si reír, llorar. Pero no me importaba. Estaba feliz porque lo estaba haciendo.

Produje óvulos como en un 5 por ciento y fueron muchas hormonas [las que me inyecté]; estaba supuesto a ser excelente el proceso. Cuando el doctor ve eso me dice: «Lo siento, pero no te puedo poner un día más de esas hormonas, nos pasamos de días. La realidad es que tú no puedes tener hijos».

¿Qué sentiste?
Simplemente no reaccioné al tratamiento. Le dije que quería hacer otro tratamiento un mes después y que a mí no me importaba. Me dijo que no, que el tratamiento era demasiado fuerte para hacerlo tan rápido y que no me iba a funcionar. Que él me lo iba a hacer en el 2021 para volver a tratar.

Me dio depresión, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadie. Personalmente me sentí como un fracaso total como mujer. Son sentimientos naturales. Fue muy fuerte. Nadie te dice cuando estás pequeña que algo tan natural —y que es de Dios— no se te va a dar.

Hay mujeres que deciden no tener hijos y eso también nadie te lo explica, no es obligatorio. Pero como mujer me sentí como un fracaso. Veía a Raphy y decía: «No sé que él está pensando».

«Cuando el doctor me dice: ‘La realidad es que tú no puedes tener hijos’… me dio depresión, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadie. Personalmente me sentí como un fracaso total como mujer»

¿Él cómo reaccionó?
Él se puso bastante triste también. Le agradezco mucho. Sé que él me veía y veía la diferencia en mí y eso lo frustraba de cierta manera. Me refugié en trabajar, no quería saber nada. Él me abrazaba y me decía: «No te preocupes que yo estoy aquí y si lo tenemos que tratar [la inseminación] lo tratamos nuevamente. La fe nunca se pierde. Si es algo que quieres en tu vida, créeme no te voy a dejar sola. A mí no me importa si puedes tener o no puedes tener [hijos]. Voy a estar aquí, ese no es un límite para uno».

El apoyo de él fue muy importante para mí porque me sentía un fracaso, pero yo lo veía y decía: «¿Qué es lo que piensa de mí?». Nunca habíamos pasado por algo que nunca habíamos podido lograr. Me daba como vergüenza.

Si alguien en algún lugar me hubiera dicho no te preocupes, no es obligatorio [se mamá], tú no eres un fracaso [no me hubiera sentido así].

«[Raphy] se puso bastante triste también. Me abrazaba y me decía: ‘No te preocupes que yo estoy aquí… no te voy a dejar sola. A mí no me importa si puedes tener o no puedes tener [hijos]. Voy a estar aquí'»

Muchas mujeres han vivido lo que tú…
Afuera hay tanta ayuda para mujeres [que han pasado lo que] yo pasé; necesitan esa terapia, no es obligatorio. Pero yo hasta pensaba en lo que iba a decir mi familia porque todo el mundo en mi familia [tiene hijos] y yo me di una terapia sola. Es raro [lo que se siente], aunque estás con gente estás sola.

Al final lograste embarazarte. ¿Cuánto tiempo esperaron para quedar embarazados?
Déjame decirte que empecé a trabajar enseguida. Recuerdo que tenía unos premios, tenía que empezar a ponerme en [forma] para ese evento y así lo hice. Nos enteramos que estaba embarazada como un mes y medio después del tratamiento.

No sé qué pasó, en qué momento pasó; yo nunca había usado nada para impedir [el embarazo], nunca. Y un mes y medio después nos enteramos.

«Yo hasta pensaba en lo que iba a decir mi familia porque todo el mundo en mi familia [tiene hijos]. Es raro [lo que se siente], aunque estás con gente estás sola»

¿Cómo fue ese momento? ¡Vaya sorpresa!
Me sentía diferente. Habíamos llegado de Miami, estábamos en Puerto Rico. Un día fuimos a hacer Jetski —nunca me monto en Jetski— me quedo tranquila porque no me gusta brincar tanto [pero] ese día decido que sí. Me monto en mi Jetsky muy fabulosa, íbamos de una isla a otra, son islas cercanas, pero en el Jetski uno brinca y brinca, y los golpes son fuertes. Yo decía: «O me ahogo aquí o me parto la espalda». Estuvo muy divertido. El mismo día empecé a sentir un dolor en la espalda atrás del lado izquierdo. Mi amor, yo me quedé calladita porque no quería dañarle el fin de semana a nadie. Me quedo tranquila, me tomé un Tylenol.

Le dije a Raphy: «Creo que voy a tener que hacerme un examen porque el dolor que tengo no es normal». Era como un dolor de músculo raro. Voy a hacerme mi MRI, uno tiene que hacerle caso al cuerpo. Me hacen [el estudio] del área de la pelvis. Duré dos horas. Salgo y nadie me dice nada. Yo me voy normal para mi casa.

Yo tenía tanta esperanza de comenzar otro proceso o ver otra opción, porque no todos los médicos te dicen que hay opciones; puedes comprar óvulos. Yo sí [quería] ser madre, ese era uno de mis sueños más grandes en la vida. Ese era el próximo paso para mí.

Lo conté a Raphy: «Mira, busqué esto, mira lo que encontré, sí hay posibilidades». Él no habló mucho, me miró y me abrazó, y me dijo: «Mamita, nunca te voy a dejar sola; voy a estar contigo en todos los pasos que tú quieras dar». Me sentí tan segura en ese momento y tan tranquila que dije hay luz al final del camino. A mí me no importa lo que tenga que hacer para tratar, porque nunca hay nada seguro en la vida, pero tratar a mí no me va a matar.

¿Pensaste también en adoptar?
Claro que sí, pensé en todo. Pero me iba por pasos.

Bueno, entonces, ¿cómo fue que te enteras de tu embarazo?
Bueno, en la noche él me abraza. La mañana siguiente, a él le hace una llamada el doctor directamente. Se me para a un lado con el celular, abre los ojos. Yo no sabía si estaba relajando. Y me dice: «Tú estás embarazada». Para descifrar si está relajando o no, me le quedé mirando un ratito. Y me vuelve a decir: «Que tú estás embarazada». Puso al doctor en speaker.

Yo pensé, en mi modo defensa: «No estoy embarazada, produje un saco, se formó algo». No me iba a ilusionar. Me estaba recuperando y no quería pasar por eso otra vez.

Me cambio y voy al doctor para que me hagan un ultrasonido. No vi ni siquiera la pantalla, estaba nerviosa, temblando. Literalmente la mujer que estaba haciendo el ultrasonido tiró un grito: «¡Mira, mira te estoy diciendo que está ahí!», y yo veía una mariposita. Me dice: «Es el corazón, escucha». Me puse a llorar, no dije nada.

Yo fui sola porque si iba con alguien, la tristeza doble es peor. No me quería sentir como un fracaso.

Todos los días voy y miro esa foto [del ultrasonido]. Si en algún momento me siento no agradecida por algo o siento que algo está raro, veo esa foto. Ese día nunca lo voy a olvidar.

«A [Raphy] le hace una llamada el doctor directamente. Se me para a un lado con el celular, abre los ojos y me dice: ‘Tú estás embarazada'»

¿Cuántos meses tienes?
Tengo 26 semanas.

¿Cómo te has sentido?
Espectacular. Nunca he estado de tan buen humor en mi vida [risas]. Nada me afecta, nada me molesta, quiero trabajar más. Estoy feliz, contenta. Esto es una nueva ilusión.

¿Los primeros meses fueron complicados?
Me dio sueño, nausea, pero nunca vomité. La ilusión me mantuvo bien activa.

¿Cómo es tu nueva dinámica con Raphy?
Estamos superfelices, imagínate, voy a ser mamá. Seguimos trabajando.

¿Tú familia qué te dijo?
Fíjate que lo encontré raro, porque cuando ellos se enteraron no reaccionaron mucho. Mami me dijo: «Yo pensaba que tú no ibas a quedar embarazada porque no querías, pero no podías quedarte la vida entera sola». Eran pensamientos que mi familia tenía pero nunca me lo decían. Pensaban: «Ella está muy pendiente en su trabajo, hay que dejarla». Pero tenían esa preocupación de que me fuera a quedar sola y yo no lo sabía. Mis padres tienen nietos hace rato.

«Nunca he estado de tan buen humor en mi vida. Nada me afecta, nada me molesta, quiero trabajar más. Estoy feliz, contenta. Esto es una nueva ilusión»

¿Quieren niño o niña? ¿Ya tienen nombre?
Lo que sea. No tenemos nombre.

¿Vas a seguir trabajando?
Disfruto mucho trabajar. Siento que voy a trabajar más que antes; esto es una nueva razón para darle más duro.

¿Dónde lo van a tener?
Creo que voy a tener dos casas [en Miami y Puerto Rico], ya estoy viendo decoración y todo. A mí me encanta dormir, así que me va a tocar levantarme [tempranito]. Las entrevistas desde ahora van a ser después de la una de la tarde [risas].

¿Boda pronto?
No sé todavía. Lo más importante es la química, estoy [muy] bendecida. Un día me sorprendió con mi hermana y mi sobrina, y cuando me estaba dando el discurso de feliz cumpleaños saca el superanillo. Yo dije: «¿Qué es esto?». Yo tuve una Navidad llena de regalos, primero por el regalo que voy a tener toda la vida y ese compromiso.

«A las mujeres que pasan por una situación como esta [quiero decirles] que no deben limitarse a nada por la opinión de nadie, o el límite mental de otra persona. En esta vida todo es posible»

¿Cuál sería tu mensaje para las mujeres que han vivido lo que tú?
A la gente en general y a las mujeres que pasan por una situación como esta [quiero decirles] que se deben de empapar, que no deben limitarse a nada por la opinión de nadie, o el límite mental de otra persona. En esta vida todo es posible. Da más miedo no lograr nada a atreverse a hacerlo. Tenemos que olvidarnos de los clichés. Cada quién es único.

Limitarnos por lo que vaya a decir el prójimo, eso no es necesario. Mientras hagan las cosas sin hacerle daño a nadie, buscando lo más positivo para uno, Dios te va a premiar. Toda la tormenta pasa y yo he sido un vivo ejemplo de eso.

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