Los migrantes, los indígenas, los que están en guerra y los que no tienen acceso a la educación. De nuevo hizo de su reconocimiento el megáfono de las luchas que defiende y que cree justas. Así se vivió el concierto de Residente en la capital.
La noche del 23 de noviembre fue sacudida por la fuerza arrolladora de René Pérez Joglar y su banda. Desde hace más de un año los escenarios del mundo en los que se ha presentado lo reconocen como Residente, a secas. Sin Visitante y sin la sombrilla de Calle 13 llegó a Bogotá para que sus líricas inmersas en la camaleónica música urbana que ha creado hicieran retumbar a las 7.950 personas que desde horas antes lo esperaban en el Centro de Eventos Autopista Norte, a las afueras de la ciudad.
Más que un boricua, Residente es un ciudadano del mundo. Sus canciones y en especial este reciente álbum de nombre homónimo -que es su debút como solista-, llevan el sello de la diversidad impregnada en composiciones de alto contenido político y social.
Por eso las tablas del escenario temblaron cuando, como había anunciado cuatro días antes del show, se hizo a un lado y le cedió el micrófono y la tarima seis voceros estudiantiles, líderes del paro nacional que lleva más de 40 días.
Las arengas que se gritaban en las calles hicieron eco en el espacio cerrado de esa noche mientras esperaban la aparición de los hombres y mujeres que quieren poner en jaque al país para que tome acciones sobre la educación superior pública.
“Es importante que los escuchen”, dijo el artista con el sonido de la ‘L’ marcado en el habla, característico del acento puertorriqueño. El público respondió con una ovación de gritos y aplausos y celulares al aire, listos para registrar el momento.
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